El ministro francés de Interior, Manuel Valls, ha confirmado recientemente
que Francia deroga la obligatoriedad de llevar etilómetros en los vehículos que
circulen por las carreteras francesas debido “a las dificultades de fiabilidad y
de aprovisionamiento de los etilómetros”. Esta decisión será sometida en
próximas fechas a consulta del Consejo Nacional de Seguridad Vial y de las
asociaciones de conductores y de víctimas de la carretera.
El Gobierno galo aprobó, mediante el
Decreto 2012/284 de 28 de febrero de 2012, la obligatoriedad de que desde julio
del pasado año determinados vehículos a motor (autobuses, camiones, turismos y
motocicletas de más de 50 centímetros cúbicos) que circularan por las carreteras
francesas debían llevar obligatoriamente un etilómetro a bordo, estableciendo un
régimen sancionador en caso de incumplimiento que entraría en vigor en
noviembre.
Sin embargo, la demanda por parte de los conductores tanto franceses como de
los países limítrofes, unida a la limitada capacidad de producción por parte de
los fabricantes de dichos aparatos y a los abusos cometidos por algunos
establecimientos, que llegaron a quintuplicar los precios de venta de los
etilómetros debido a su escasez, han dificultado la entrada en vigor de la
normativa anunciada desde el Elíseo.
A estas dificultades hay que sumar la escasa fiabilidad de alguno de los
aparatos que se vendían en el mercado. Todo este cúmulo de circunstancias obligó
al Ejecutivo francés a aplazar la entrada en vigor de su régimen sancionador
hasta el 1 de marzo de 2013. Sin embargo, las trabas son demasiadas como para
instaurar definitivamente la norma, por lo que su implantación ha quedado
aplazada “sine die”.
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